Quizá el hecho de que un agente de la policía no se deje sobornar por un ciudadano infractor, y en cambio lo conduzca y haga que lo judicialicen, no sea nada del otro mundo. Es más ese es deber de las autoridades.
Pero en un medio como el nuestro, en el que la corrupción se ha paseado a lo largo de muchos años, por las entidades públicas, y entre ellas la Policía, el hecho se constituye en una verdadera noticia.
Los casos que registran los medios de comunicación en los últimos días, en los que se destaca el hecho de los agentes asignados al orden del tránsito vehicular en la ciudad, no han aceptado soborno, deben servir para que la comunidad entiendan que la corrupción no trae nada bueno y que en cambio deja muy mal parada a nuestra ciudad.
Y es que es muy triste que cuando en otros rincones del país se mencione a Barranquilla, la relacionen enseguida con el término corrupción.
Ya lo hemos dicho, es deber de las autoridades de Policía velar porque no se violen las normas, pero la experiencia nos ha mostrado a esta institución como una entidad en la que muchos de sus miembros han dado el peor de los ejemplos en esa materia.
En una ocasión un comandante de esa institución en esta sección del país, nos comentaba que la institución no es corrupta sino que había ciertos elementos que se salían de las normas y la dejaban muy mal parada.
Pero es que cada miembro de esa institución es representante de la misma y cuando actúa lo hace en nombre de ella, no a nombre propio.
Para muchos ciudadanos la Policía Nacional no es digna de confianza, y eso se lo han ganado por las malas acciones que se han cometido al interior de ella y a nombre de ella.
Aunque en los últimos años se han hecho campañas para recuperar el nombre de la institución y hacer que la ciudadanía recupere la confianza en la misma, aún falta mucho por hacer.
La ciudadnía espera que no haya más policías haciendo parte de bandas de delincuentes que tanto daño hacen a la comunidad y al buen nombre que debe tener esta institución.
Ojalá que el accionar de estos agentes que han puesto el ejemplo sea copiado por todos y cada uno de los miembros de las fuerzas del orden en esta ciudad y los ciudadanos puedan salir seguros a las calles sin el temor de que un agente de la policía los atraque, o le pida la`mordida' para no conducirlo.
Ojalá que ese agite, como lo dijera un medio de ocmunicación citando a la ciudadanía, se extienda por muchos años y perdire por siempre.
Solo así podremos hablar de una verdadera construcción de ciudad como tanto lo predican los funcionarios al servicio de la Administración Distrital.
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